El mundo del vino es un apasionante ecosistema con vida propia muy enraizado en nuestra cultura. Dejando a un lado sus antiguos orígenes digamos, para simplificar, que en la península lo introdujeron los romanos y de ahí el origen latino de su término actual (del latín Vinum).
El centro de todo este universo está en el viñedo, en el terruño, en la viticultura. El fruto de la vitis vinifera, la uva, es el elemento principal para la elaboración del vino, y en torno a su fermentación gira todo este mundo que genera tanta pasión.
TIPOS DE UVA
En España tenemos cientos de variedades de uva, muchas de ellas autóctonas y algunas con diferentes nombres según la zona como la tempranillo (tinta del país). Las más populares hoy en día son las blancas Verdejo y Albariño, la leonesa Prieto Picudo y en cada regíón la suya propia como las Mencía, Godello, Airén, Viura, Garnacha, Bobal, Monastrell, Pedro Ximénez… Luego destacaríamos algunas foráneas como las Merlot, Cabernet, Sauvignon, Malbec, Syrah, Petit Verdot.
La calidad de la uva determina el resultado final de su vinificación y en ella influirán diferentes factores como la climatología y el momento final de la vendimia entre otros. La vendimia manual y la selección de racimos pueden generar un plus de calidad pero también de costes.
TIPOS DE VINO
La principal clasificación de los vinos la hacemos por su color: tinto, rosado y blanco. Dentro de esta podríamos distinguirlos también por su envejecimiento o crianza, aunque fuera de España no se siguen los mismos criterios. Según el contenido de azúcar podemos llegar hasta los dulces, por su carbónico hasta los espumosos (cava y champán).
Las instalaciones, la tecnología y el factor humano, los enólogos, terminan de configurar el sistema vitivinícola al completo, con sus propias reglas, su propia jerga, sus costumbres y su calendario.
LA BODEGA
En la bodega nos encontramos con las naves de elaboración donde están sus prensas y los grandes depósitos donde se mantienen los vinos durante su elaboración. Las naves de crianza donde las barricas de diferentes maderas aportan sus notas características a los vinos durante meses. Finalmente las líneas de embotellado y etiquetado.
EL ENOLOGO
Esa combinación (ellos dirían coupage) entre químico, chef, viticultor y alquimista, que está siempre allí, a pie de viñedo, en la bodega, controlando las fermentaciones, los trasiegos, las mezclas, la crianza. Un apasionado de sus propias elaboraciones y del vino en general.
EL CORCHO
El cierre final de la botella tiene también su propia peculiaridad. En España, y países de la Europa meridional, empleamos preferentemente el tapón de corcho natural. Esto es así debido a la abundancia de alcornoques que disponemos. Los países que carecen de esta materia prima emplean tapones sintéticos incluso de rosca, que también nos están llegando por imperativos de la exportación a los países del norte de Europa.
VOLUMEN
Pero no todo el vino se embotella. España es un gran productor a nivel internacional que posee el mayor viñedo del mundo (con permiso de China, que crece, Francia e Italia). Pero más de la mitad de la producción se vende a granel y a precios muy bajos.
Este es el motivo por el que el principal productor y comercializador en litros, sea el tercero en ingresos, por detrás de Italia y Francia y por delante de los emergentes países del Nuevo Mundo , Chile, Australia, Sudáfrica, EEUU y Argentina.
CONSUMO
En España se consume principalmente vino tinto. El vino de Rioja tiene la cuarta parte del mercado nacional (riojitis). Las 4 Rs del consumidor español podrían ser, en mi opinión, la Riojitis, Riberitis, Rueditis y Regionalitis. Una M más y tendremos perfilado el consumo del vino en España: Marquitis.
LA CATA
Sin lugar a dudas el máximo exponente de todo el protocolo del mundo del vino se concentra en torno a la Cata. En ella todos los detalles cuentan y tienen su importancia. La calidad de las copas, la luz, la temperatura, el mismo descorche… son un conjunto de factores que rodean el ritual de la cata.
En la degustación del vino, el análisis con los sentidos de sus características organolépticas se suele estructurar siguiendo algunas fases como la visual, olfativa, gustativa y a veces incluso auditiva.
Se observan los colores del vino, se aprecian los matices de su bouquet, se saborea en boca, incluso se puede escuchar el descorche o el mismo escanciado sobre la copa…
Y es aquí donde su vocabulario especial alcanza casi notas poéticas y literarias. Desde el amarillo pajizo al rojo picota intenso de capa alta, pasando por sotobosques, vainillas, tabaco, cuero, frutos rojos y torrefactos. Hasta las frutas tropicales, las notas tostadas y los lácteos. Cualquiera pensaría que se está describiendo un vino.
EL MARIDAJE
Aunque todo esto es muy profesional y normalmente nos saltamos todo este ceremonial, lo importante es que el vino esté bueno. Que nos guste, que lo disfrutemos y lo podamos acompañar del maridaje perfecto para su éxito.
En el fondo, su razón de ser no es otra que el acompañamiento de una buena comida o cena. A ser posible rodeados de amigos o seres queridos, para facilitar su degustación.